viernes, 30 de octubre de 2009

Hermano Matías Medellín Cruz

Jehová es mi pastor, nada me faltara
Con mucho entusiasmo y muy puntual nos esperaba el hermano Matías Medellín Cruz para contarnos un poco acerca de su vida. El nació un 24 de febrero de 1954, aquí en Monterrey, Nuevo León, sus padres son José Medellín Velázquez (quien ya falleció) y Juana Cruz Ramos. Tiene 9 nueve hermanos quienes son: Santiago, Eulogio, Ester, Eloísa, Juan, Timoteo, Elva, Oralia y Benito.
Cursó sólo la escuela primaria y en compañía de sus amigos Francisco García y Efraín Izaguirre le gustaba jugar futbol, que es su deporte favorito, el cual solo practico un poco.
Electricista y soldador de oficio, pero en la actualidad labora como taxista y comerciante.
Desde niño había asistido a diferentes templos, con el ejemplo de su abuela que ya desde el rancho era miembro en una iglesia, después su madre quien también fue ese apoyo y guía para que el permaneciera en el Camino del Señor. En 1960 se congrego en la iglesia El Buen Salvador en la colonia Talleres, después en el ’72 asistió a la iglesia en la 16 de septiembre, donde la hermana Rosa Sandoval, quien era maestra en la escuela dominical, le hablo de Cristo y fue salvo. En ese entonces nuestro hermano Matías Amador pastoreaba esa iglesia. Nuestro hermano Medellín se congrego en ese lugar por un lapso de un año.
Después por algunos meses estuvo un poco alejado, pero no pasó mucho tiempo y en el ’74 empezó a congregarse aquí en nuestra iglesia. Asistía sólo, en algunas ocasiones le acompañaban su mamá o alguno de sus hermanos. Aquí conoció a la hermana Rosario Medina Martínez en el ’75, ella ya se congregaba aquí, así paso el tiempo y 31 de diciembre pero de 1977 contrajeron nupcias, presidiendo la ceremonia nuestro pastor. Sus hijos son: Rut, Magda, José y Daniela, tiene dos nietas, Febe y la bebecita Chelsea (a quien apenas la semana pasada conoció).
Recuerda con cariño a algunos hermanos que se congregaban por esas fechas: María Concepción, Paty Carrizales, la hermana Josefina, el hermano Felipe, los hermanos Alonso y Carlos Ruz, algunos de los cuales ya no se congregan aquí. “Las personas que se la pasan de una iglesia a otra, la mayoría de las veces se desaniman porque no pueden encontrar la iglesia perfecta, tristemente a lo único que llegan es a “quedar en nada” y a alejarse de Dios”, menciona el hermano. “Cuando estamos en el Camino del Señor algunas veces cometemos grandes errores y pecados, sabemos que Dios perdona nuestros pecados pero lamentablemente habrá consecuencias por nuestras equivocaciones. Uno siempre tiene que poner de su parte para que nada nos aleje de Dios y estar concientes que a Él no lo podemos engañar”.

Continuará…

Hna. Ana Edith Gaspar Rodríguez

Hefzi-ba

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