viernes, 30 de octubre de 2009

Hermano Jesús Gaona Hernández

He aprendido
a contentarme cualquiera que sea mi situación

Jesús Gaona Hernández nació el 18 de febrero de 1952 en el ejido Garambullo, en Parras de la Fuente, Coahuila. Hijo de Manuel Gaona y María Hernández, es miembro de una familia numerosa; Manuel, Gustavo, Oscar, Antonio, Arturo, Rodolfo, Marta, Oralia, Flora, y Lupe quien murió a la edad de 42 años, son sus hermanos. Él se crió en el ejido de Garambullo viviendo en la casa de sus padres incluso después de contraer matrimonio a la edad de 17 años con María Morales, con quien tiene cinco hijos, Gustavo, Jesús, Dora Elia, Alma Delfina, y Liliana, quienes le han dado 14 nietos.
El hermano cuenta que nunca se preocupaba por trabajar o por tener algo para vivir hasta el momento de casarse, cuando su padre le puso un cuarto aparte y le dejo de apoyar económicamente; entonces “había que rascarse con sus propias uñas”. Cuenta como se empezaron a complicar las cosas con la llegada de su primera hija Dora Elia. En ese entonces, como ahora, el trabajo era escaso y él vivía de la talla del ixtle, después del cortadillo (planta que se consigue en el monte y que pagaban de contado y que, a diferencia del ixtle, no había que trabajar tanto). Pero aún así el dinero no era suficiente. Cuando nació su segunda hija y las cosas se pusieron más duras, le invitaron a ir a Monterrey una semana o dos; pero él ni siquiera tenía para el pasaje, entonces quien lo invitó se ofreció a prestarle el dinero suficiente. Lo que no esperaba es que iba a quedarse a vivir por más de treinta años en la ciudad.
Una vez en Monterrey empezó a trabajar en algunos lugares, pero fue en Hojalata y Láminas donde duró más tiempo y donde también encontró el vicio de la cerveza. “A mi me gustaba y los compañeros al salir del trabajo se iban a tomar y me invitaban, fue entonces cuando comenzó el vicio”. Al fin lo liquidaron y empezó a trabajar en los mercados rodantes, trabajo que aún siguen sus hijos y en el que él estuvo trabajando mucho tiempo. Era entonces un tiempo de prosperidad. El mercado era un negocio muy lucrativo, tanto que tenía la necesidad de contratar muchos empleados, uno de ellos era el hermano Carlos Morales. El hermano Jesús cuenta como una vez convertido el hermano Carlos, se ponía a estudiar sus clases de discipulado, y todos incluyendo a su jefe le tiraban “carrilla pesada”, sin saber lo que Dios tenía preparado dentro de sus planes.
Después del accidente de una de sus sobrinas, su esposa la hermana Mary, comenzó a congregarse en la Iglesia y a tener actividades con las hermanas y demás, pero él se seguía rehusando a aceptar a Cristo en su corazón.
Corría el año 2001, al día siguiente de una borrachera muy fuerte Jesús Gaona estaba con los dolores de la resaca, pero esta ocasión fue muchísimo más fuerte, cuenta que ni siquiera se podía parar, que el cuerpo no le respondía, y para colmo de sus males (pensaba él) llegaron los “hermanos”. Era el hermano Artemio Gonzáles con otros y querían hablarle de Cristo. A duras penas y de mala gana aceptó escucharles, pero entonces Dios tocó su corazón y él entendió el plan de salvación, fue entonces que aceptó a Cristo. A los pocos meses después recibió el bautismo en Paso Hondo, Allende, Nuevo León.

J. A. Reyes

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