viernes, 30 de octubre de 2009

Apóstol Pablo, Segundo viaje


Poco después del concilio en Jerusalén, Pablo propuso a Bernabé que lo acompañara en su segundo viaje, pero, al rehusar Pablo a Juan Marcos como acompañante, Bernabé decidió no acompañar al apóstol Pablo en este viaje, por lo que Pablo llevó consigo a Silas.
Pablo y Silas visitaron al principio de su viaje las iglesias en Siria y Cilicia, y después las comunidades que Pablo había fundado durante su primer viaje. Llegaron a Derbe, dirigiéndose a continuación a Listra, donde conoció a Timoteo y le circuncido, y a quien quería llevar de acompañante. Timoteo era hijo de padre griego, y de ascendencia judía por parte de madre. De Listra fueron, según parece, a Iconio y a Antioquia de Pisidia.
De Antioquia de Pisidia, Pablo, Bernabé y Timoteo, se dirigieron a Galacia, en donde Pablo cayó enfermo, pero aprovechó esta detención en Galacia para anunciar el Evangelio y fundar las iglesias de Galacia. La orden de no predicar en la provincia de Asia determinó este viaje de Antioquia de Pisidia hacia el noreste.
Cuando Pablo hubo acabado de predicar en Galacia, intentó entrar en Bitinia, pero el Espíritu Santo se opuso nuevamente a sus intenciones, el apóstol Pablo se dirigió entonces hacia Troas. El Espíritu Santo estaba dirigiendo a los misioneros hacia Europa.
En Troas, Pablo tuvo la visión de un varón macedonio suplicando que los ayudara (Hch. 16:9), en respuesta a este llamamiento, Pablo y sus compañeros, a los que se unió Lucas, emprendieron la travesía hacia Europa, desembarcando en Neápolis, y dirigiéndose después hacia la importante ciudad de Filipos. Allí Pablo fundó una iglesia (Hch. 16:11-40), y esta iglesia sería especial objeto de su afecto. Fue también en esta ciudad, en que fue entregado por primera vez a los magistrados romanos y que constató, cómo, su ciudadanía romana podía ser de utilidad para ayudarle en su obra.
Dejando a Lucas en Filipos, Pablo se dirigió a Tesalónica junto con Silas y Timoteo, en esta ciudad el apóstol Pablo ganó para Cristo a muchos griegos, poniendo con mucho cuidado las bases de la iglesia, dando ejemplo de trabajo y de templanza, fabricando tiendas para no ser carga a nadie. Pero los judíos de Tesalónica desencadenaron una persecución en contra de Pablo, por lo cual, los hermanos lo hicieron partir entonces con Silas hacia Berea, donde la predicación suscitó numerosas conversiones, incluso entre los judíos.
De Berea, Pablo se dirigió a Atenas, Hechos 17:22-31 da el resumen del discurso que pronunció ante los filósofos, sobre la colina de Marte (Areópago). Después de estar en Atenas Pablo partió hacia Corinto, quedándose allí dieciocho meses, y ganando numerosas almas para la fe en Cristo. Allí conoció a Aquila y Priscila, hospedándose en la casa de ellos (Hch. 18:1-3). La predicación de Pablo provocó la ira de los judíos, por lo que Pablo dejó entonces de frecuentar la sinagoga, y desde aquel momento anunció el Evangelio en casa de uno llamado Justo, cuya casa estaba junto a la sinagoga. Es en Corinto que Pablo redacto las dos epístolas a los Tesalonicenses.
Como la hostilidad de los judíos no cesaba, hicieron compadecer a Pablo ante Galión, nuevo procónsul de Corintio, Galión declaró que la misma sinagoga debía resolver estas diferencias, por cuanto el apóstol Pablo no había violado ninguna ley romana, por tanto, Pablo pudo quedarse en Corintio sin ser molestado.
Después de esto Pablo pasó a Efeso, pero no se quedo allí, aunque prometió volver, y se embarcó rumbo a Cesarea, desde donde sin duda fue a Jerusalén para saludar a la iglesia, volviendo de allí a Antioquia de Siria, el punto de partida de este segundo viaje (Hch. 18:22), en el curso del cual había llevado el cristianismo a Europa, al evangelizar Macedonia y Acaya. El Evangelio había dado un gran paso para introducirse de lleno al Imperio Romano.
Continuara…

José Carlos Castillo Zepeda.
Yasap

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