martes, 27 de octubre de 2009

Guillermo Carey, (1ª de 2 Partes)


William Carey nació el 17 de agosto de 1761 en Paulerspury, en la provincia de Northampton, Inglaterra.
Aunque su infancia transcurrió en un ambiente rural que para nada hacía presagiar grandes cosas para su vida, lo cierto es que Carey tenía una insaciable sed de conocimientos y una indomable perseverancia para lograr sus objetivos. Cualquier libro que caía en sus manos era devorado y asimilado, hasta el punto que se había familiarizado en su adolescencia con el latín y, mientras trabajaba como zapatero, aprendió griego.
De hecho el taller de zapatería fue para Carey su taller de preparación donde Dios lo entrenó para la obra que más tarde tenía preparada para él. Allí adquirió un profundo conocimiento de la Biblia y también de geografía universal y de religiones comparadas, todo lo cual le sería de gran utilidad en los años venideros.


Conversión


Uno de los compañeros en el taller de zapatería era William Warr, perteneciente a uno de los grupos disidentes de la Iglesia anglicana. Las discusiones entre ambos muchachos eran prolongadas, defendiendo cada uno su punto de vista. Sin embargo, Carey se dio cuenta que la fe de su amigo era mucho más profunda que la suya propia y, atendiendo a una invitación a asistir a una de sus reuniones, entró en contacto con la iglesia a la que su amigo pertenecía. Allí tuvo lugar su experiencia de conversión que daría un vuelco a toda su vida. El hecho de que estas iglesias disidentes fueran simpatizantes de la revolución americana fue otro factor añadido para que Carey se identificara con ellas, pues él mismo era de ese sentir. La conservadora Iglesia anglicana era opuesta por principio a cualquier modificación del "status" de las colonias en Nueva Inglaterra.


Crecimiento


Tras su conversión conoció a dos destacados bautistas, John Ryland y Andrew Fuller, siendo bautizado por el primero e integrándose en una iglesia bautista. Al poco tiempo, y en vista de su crecimiento y sus dones, Carey era solicitado como predicador por distintos grupos pequeños, tras lo cual fue llamado como pastor de la iglesia de Moulton.
Influencias notables
En 1781 se casó con Dorotea Placket con la cual tuvo una numerosa familia. Para ese tiempo Carey ya conocía latín, griego, hebreo, italiano, alemán y francés. Pero la pasión de Carey eran las misiones. Varios factores influyeron en esa vocación: el avivamiento que estaba sacudiendo Inglaterra bajo el ministerio de John Wesley preparó el terreno para el movimiento misionero; un tío de Carey era marinero y con un gran bagaje de experiencias en otros países, lo cual despertó en él un interés por los viajes y por conocer otras culturas; también fueron a parar a sus manos los diarios de John Eliot y David Brainerd (ambos misioneros entre los indios); otro libro que influyó decisivamente en Carey fue "Los viajes del capitán Cook", en el que el descubridor inglés narra sus aventuras por las islas del Pacífico. Todos estos fueron factores que representaron un papel importante en el futuro misionero, pero, en especial, la Biblia dejaba claro la responsabilidad de los cristianos para llevar las buenas nuevas a los que todavía no las habían escuchado.
"Esperad grandes cosas de Dios; emprended grandes cosas para Dios"
El 30 de mayo de 1792, ante una convención de pastores bautistas, predicó su famoso sermón basado en Isaías 54:2,3
"Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas... "
La proposición de este sermón era la siguiente: "Emprended grandes cosas para Dios; esperad grandes cosas de Dios." A pesar de las reticencias de algunos de los presentes, John Ryland entre otros, el impacto del sermón fue tal, que allí dio comienzo lo que más tarde se ha dado en llamar la era de las misiones modernas. El 13 de junio de 1793 Carey partía para la India.

Continuará …
Hno. Sergio H. Rincón Velasco

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