martes, 3 de noviembre de 2009

Apóstol Pablo, Viaje a Roma


Estando Pablo preso en Cesárea, apeló a Cesar, por lo que después de haber hablado con el rey Agripa, Pablo fue mandado a Roma, para que el Cesar juzgara su causa. Pablo y otros fueron confiados a un centurión llamado Julio, de la corte augusta, el centurión trató humanamente a Pablo, también Lucas y Aristarco de Tesalónica acompañaban al apóstol.
El grupo se embarcó en Cesárea en una nave, que iba a efectuar una navegación por la costa del Asia Menor. Embarcaron en Sidón, y llegaron a Mira, en Licia. En este puerto el centurión hizo subir a los presos a una nave mercante de Alejandría que partía para Italia. Después de unos días de navegación, y de haber arribado en Buenos Puertos, se hacía peligrosa la navegación, y el tiempo era amenazador, por lo que Pablo dio el consejo de permanecer en Buenos Puertos, pero el centurión escucho al capitán y al armador de la nave y no a Pablo. Querían invernar en Fenice un puerto mejor situado, mas al oeste de la costa de Creta.
Cuando la nave abandonó Buenos Puertos se abatió sobre ellos un furioso viento, que los echó hacia el sur de la isla de Claudia, que se llama actualmente Gozzo. Aligerando la nave de todo el peso o carga posible, soportaron el vendaval durante dos semanas. El apóstol mantuvo la calma y subió los ánimos de la tripulación y de los pasajeros: un ángel de Dios se le había aparecido y le había asegurado que todos llegarían a tierra sanos y salvos.
A la decimocuarta noche, la sonda revelo la proximidad de la tierra, y por miedo a los escollos (peñascos o rocas que están a flor de agua o que no se ve bien), echaron cuatro anclas, y esperaron a que se hiciese de día. Ya al alba, vieron una ensenada con una playa, habiendo cortado los cables de las anclas, intentaron llegar allí izando la vela de proa, para varar la nave en la arena, pero la proa había quedado encallada en la arena, y la popa se abría ante el embate de las olas.
Tripulación y viajeros saltaron al agua. Todos se salvaron. La predicción de Pablo se había cumplido. El valor de Pablo, su fe, el ascendiente que su calma ejerció sobre los demás, todo ello nos muestra lo que debiera ser el comportamiento de un cristiano ante el peligro.
Los náufragos habían sido arrojados sobre la isla de Melita (Malta). Los isleños testimoniaron su bondad a los desventurados viajeros, y dieron grandes honores a Pablo cuando él sano a numerosos malteses. Tres meses más tarde, el centurión hizo subir a soldados y presos a una nave alejandrina, esta nave, que había invernado en Malta, llego a Siracusa, Regio y, finalmente, a Puteoli, puerto de la Italia meridional.
Pablo recibió permiso para pasar siete días con la comunidad cristiana de Puteoli. Al enterarse de la llegada del apóstol, los cristianos de Roma enviaron a hermanos a su encuentro. Pablo se encontró con ellos en el Foro de Apio y en Tres Tabernas, localidades situadas cerca de Roma.
El centurión entregó a los presos al prefecto militar, Pablo entonces, fue encadenado de su brazo derecho al brazo izquierdo de un soldado, y se le autorizo alquilar una casa donde pudiera estar, en vez de permanecer preso en una celda de cárcel, y teniendo libertad de ser visitado por los hermanos de Roma.
Las apelaciones a Cesar implicaban un largo proceso, por lo que después de dos años, Pablo esperaba aún la decisión del tribunal (Hechos 28:30).

Continuará…

Shalom.

José Carlos Castillo Zepeda.

Yasap

Imagen: Pablo escribiendo sus cartas, obra del siglo XVII

1 comentario:

  1. Amo la biblia y sus relato, soy fielmente creyente. Por eso me encantaria conocer Roma, conocer muchas historias de cerca, donde sucedio tantas cosas escritas en la biblia.
    Fuente: vacation packages galapagos islands

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