jueves, 12 de noviembre de 2009

Apóstol Pablo, después de su llegada a Roma



Al final de Hechos se relata que, tres días después de su llegada a Roma, el apóstol hizo llamar a los principales judíos, a fin de explicarles la razón de su presencia en Roma, y les citó un día para exponerles el Evangelio. Como en todas partes, unos lo aceptaron. Y los otros lo rechazaron. Pablo dijo entonces que este mensaje seria predicado a los gentiles, y que ellos si escucharían.

En efecto, su condición de preso no le impedía dedicarse al ministerio. Los últimos versículos del libro de hechos informan que durante dos años Pablo estuvo recibiendo a todos aquellos que querían entrevistarse con él; él les anunciaba el reino de Dios, y enseñaba acerca del Señor Jesucristo, sin que las autoridades pusieran obstáculo alguno (Hechos 28:17-31).

Las epístolas a los Colosenses, a Filemón, a los Efesios, y a los Filipenses, redactadas durante su cautiverio, arrojan una luz viva sobre este periodo. El Apóstol escribió indudablemente las tres primeras al principio, y la carta a los Filipenses hacia al final de su detención. Estas epístolas revelan que había en Roma fieles amigos del Apóstol que le ayudaban en su obra misionera, entre estos estaban: Timoteo, Tíquico, Aristarco, y Juan Marcos. Nadie impedía a los amigos del apóstol que lo visitaran; mensajeros de Pablo ante las iglesias, eran también sus ayudantes en Roma. Gracias a ellos, y a pesar de su encarcelamiento, Pablo dirigía las misiones por todo el imperio.

Las epístolas de la cautividad revelan así mismo el celo de este embajador encadenado, y la entusiasta acogida que tenia su predicación (Ef. 6:20).

Enésimo, el esclavo fugitivo, fue uno de los frutos del trabajo personal del apóstol preso (Filemón 10), y que asimismo podía escribir a los Filipenses: “mis prisiones se han hecho patentes en Cristo en todo el pretorio, y a todos los demás” (Fil. 1:12-13). Nadie ignoraba ya por causa de quien él llevaba aquellas cadenas.

Había también entonces en Roma cristianos (posiblemente judaizantes) que se oponían a la obra de Pablo, pero aun así su oposición no perturbaba en absoluto la serenidad del preso, que por otra parte estaba seguro de que iba a ser liberado con todos los pronunciamientos favorables. Consideraba su cautiverio como el medio escogido por Dios mediante el cual podía cumplir aun mejor su comisión de embajador de Cristo.

Las cartas muestran, finalmente, que el preso no dejó de administrar las iglesias por correspondencia, refutando de manera particular las falsas doctrinas que surgían en Asia Menor. Las epístolas de la cautividad contienen la enseñanza mas completa de Pablo sobre la persona de Cristo, y sobre los propósitos eternos de Dios revelados en el Evangelio.

Aunque el libro de los Hechos concluye con el relato del cautiverio del apóstol Pablo en Roma, hay razones de peso para aceptar que el apóstol fue absuelto y liberado al cabo de dos años, y que volvió a viajar. Las razones: -Al destacar que nadie estorbaba la obra de Pablo, Lucas da la impresión de que el apóstol no estaba esperando su final. -El mismo Pablo esta persuadido de que será liberado. La actitud de las autoridades romanas hacia él le permitía abrigar esta certeza. –La persecución de Nerón no había comenzado todavía; cuando estallo, fue de manera repentina, sin que se hubiera podido preveer a causa de ningún tipo de animosidad oficial anterior. La ley romana seguía considerando a los cristianos como a judíos sectarios, que por ello estaban autorizados a practicar su religión.

Todo hace pensar que el tribunal imperial declaró inocente a Pablo y lo absolvió. Además, es indudable que Festo, el procurador de Judea, había enviado un informe favorable, y parece que los judíos no habían enviado a Roma a ningún acusador oficial contra Pablo.

Por lo cual podemos admitir que la apelación a Cesar tuvo como resultado la liberación de Pablo, y es posible, por las alusiones que figuran en las epístolas a Timoteo y a Tito, que después de ser puesto en libertad el apóstol se dirigiera, como había manifestado ser su intención, al Asia Menor y a Macedonia. Clemente de Roma (96 d.C.) afirma que los viajes de Pablo lo llevaron también hasta España.
Continuará…


Shalom.
José Carlos Castillo Zepeda.
Yasap
Imagen: San Pablo- Diego Velázquez.

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