Más allá de íconos huecos,
de ceremonias y candeleros;
más allá del rojo al borde de un marco
en un cuadro de cruz.
más allá aún de tu costado
y la lanza que en tí me duele;
estás tú,
Rey
arropado de esplendor,
Padre
buscando al hijo perdido,
Creador
escribiendo nubes en medio del mar,
dibujando a una mano la ruta del sol,
esparciendo puntos de luz
en el pergamino de la noche;
y aún te sobra tiempo
para sentarme en tu regazo
y saciar mi alma
con tu agua de vida.
J. A. Reyes
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